Se elegirán diputados de la Asamblea Nacional, gobernadores, legisladores, alcaldes y concejales.
Este anuncio, recibido con escepticismo y preocupación, evidencia la falta de transparencia y las irregularidades que han caracterizado los procesos electorales recientes en el país.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha sido objeto de críticas constantes por su falta de imparcialidad y transparencia.
Como se sabe, las elecciones presidenciales de julio de 2024, el CNE proclamó a Maduro como ganador sin presentar pruebas que respaldaran los resultados. Esta situación se agravó cuando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó al CNE no presentar las actas de votación, pero sí las pruebas del presunto ciberataque que, según el oficialismo, afectó la transmisión de los resultados.
Hasta la fecha, el CNE no ha cumplido con esta orden, lo que ha generado aún más dudas sobre la legitimidad del proceso electoral.
Juan Carlos Delpino, rector principal del CNE, ha reconocido públicamente las irregularidades y la falta de transparencia en las elecciones, señalando que no se cumplieron los estándares nacionales e internacionales de legalidad.
Delpino destacó que la falta de transmisión de los resultados al cierre de las mesas y el desalojo de testigos de la oposición constituyeron violaciones directas a los principios de equidad y transparencia.
La negativa del CNE a presentar las actas de votación, a pesar de la orden del TSJ, refuerza la percepción de que el organismo electoral está actuando bajo la influencia externa.
Esta situación no solo socava la confianza en el sistema electoral venezolano, sino que también pone en riesgo la posibilidad de unas elecciones libres y justas para 2025.
¿Hasta cuándo seguiremos viendo el uso de diferentes organismos como herramientas políticas?
GP