Por Lic Luis M Navarro D
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Los venezolanos, por ende, toda Venezuela, vivimos en los actuales momentos las horas más oscuras de nuestra historia contemporánea. Desde la media noche de la gloriosa jornada comicial que hizo presidente a Edmundo González Urrutia, para el período 2025-2031, hasta el mega apagón eléctrico que afectó casi todo el territorio nacional, los ojos del mundo han visto como, a través de diversas técnicas de psico terror, el régimen de Nicolás Maduro se robó las elecciones en transmisión en vivo y planetaria, abriendo la temporada de caza contra todo lo que considere oposición, incluso contra menores de edad, hasta ensayar los diversos escenarios para amedrentar, atemorizar y paralizar, así lo quiere, al 80% de la población que lo adversa. Pero hay luz a final del túnel.
Los diversos líderes mundiales, desde sus panas Lula Da Silva y Gustavo Petro, pasando por el español Josep Borrell, el francés Emmanuel Macron, hasta llegar a las antípodas de un Javier Milei o un despedido Joe Biden, aún no dan crédito que semejante asalto electoral pueda estar sucediendo en pleno Siglo XXI. La revolución de la presente centuria intenta demostrar que puede actuar impunemente, calculan los socialistas de medio pelo, como en el Lejano Oeste (ejemplo Imperialista de por medio) o más tercermundistamente hablando, como en el Jalisco de su compinche y alcahueta Manuel López Obrador.
Desde ese entonces, la dictadura de Maduro le ha dado infinidades de vueltas al tornillo del autoritarismo e imposición, por las malas, tal como muchas veces lo anunció, apelando a todas las estrategias, tácticas y técnicas que recomiendan los manuales de manipulación y represión esbozados en los once principios de la propaganda Nazi de Joseph Goebbels. Así como los del fascismo de Benito Mussolini para ir abrevar y nutrirse del terrorismo de Estado que bien sembró un ser siniestro como Jospeh Stalin. Lo del mostacho al parecer no es mera casualidad.
Goebbels, vocero propagandístico de Adolf Hitler, planteó “el principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo”…Así tenemos que los enemigos son la derecha, el Imperio y el Capitalismo. Individualmente, en estos momentos, son María Corina Machado y el presidente electo Edmundo González Urrutia.
Hacia ese espectro se mueve toda la maquinaria propagandística del régimen de Maduro y sus infinitos medios de comunicación y voceros. Antes, los focos individuales se encargaron de destruir reputaciones y la imagen, por solo nombrar a cuatro, que van desde Henrique Capriles y Leopoldo López, en lo interno; hasta Álvaro Uribe y George Busch (en lo externo). Individualizándolos como voceros de la ultra derecha Imperial y del gran Capital mundial.
Ahora se trata de MCM y EGU, pero ya el muñeco títere propagandístico gubernamental está tan trillado que se le ven las costuras a leguas. González Urrutia cual teflón en su imagen sustentada en valores y principios, le propinó soberana felpa el 28 de julio pasado. Demostrando que los andamiajes propagandísticos del madurismo lejos de hacer daño, hoy en día, enaltecen a quien lo recibe. Además del papel preponderante que jugó el hastío en los electores ante la montaña de mentiras acumuladas durante un cuarto de siglo.
Por razones de espacio, solo podré analizar dos de los once principios de Goebbels, bajo la lupa rojita. El principio de la transposición: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con más ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventan otras que las distraigan”.
Y es aquí donde me detengo un poco para escrudiñar lo de apagón y el supuesto ataque terrorista. Imputado, apenas iniciado el apagón, –cuando no- a una acción del Imperio en conjunto con MCM, EGU y todas las fuerzas de la derecha vernácula aliada con mercenarios externos. Si no fuera tan seria la situación, no pasaría de ser un mal chiste que obvia la desinversión, la corrupción, el mantenimiento y actualización, humana y material.
Nada mejor que desactivar el Sistema Eléctrico Nacional para distraer y desenfocar la lucha por el reconocimiento de la victoria de Edmundo González Urrutia. Una maniobra de distracción tan burda que, estoy seguro, la mayoría de los venezolanos en el momento de la oscurana nacional pensaron en la seguridad y protección de María Corina y Edmundo González. Porque, estamos claros, comenzó hace rato la caza en medio de la oscuridad. Unos buscando la Luz de un cambio y un mejor porvenir para Venezuela y el retorno de millones de compatriotas. Otros, una minoría cada vez más escuálida, tratando de que siga perpetuándose la oscuridad en nuestra Nación y para ello se valen de todos los elementos que puedan infundir miedo, terror, parálisis, para tratar de seguir intentando reinar en las tinieblas del mal; de un mal llamado socialismo, devenido en una vulgar dictadura bananera cívico militar policial, más represión imposible.
Develada la trama manipuladora, hay que seguir enfocados en cobrar la victoria del 28J, cada vez estamos más cerca, y el régimen más acorralado. La maniobra de la dictadura madurista sólo busca crear desasosiego, desesperanza, rendición y entrega. Cuando la realidad que se teje tras bambalinas indican que las negociaciones desembocarán, el próximo 10 de enero de 2025, en una Venezuela que estrenará nuevo presidente; representado en la decencia, honestidad, pulcritud y ética de Edmundo González Urrutia, de la mano de la líder nacional, mundial y futura premio Nobel de la Paz María Corina Machado. ¡Venezuela tiene Futuro!