El Primer Ministro de Israel en una visita oficial al Congreso de los Estados Unidos el cual este organismo esperaba que Israel presentara una serie de propuestas u hojas de ruta de paz que pudieran terminar el sangriento conflicto armado de más de ocho meses, originado por el grupo religioso radical armado de Hamás que mató a varios centenares de colonos israelitas y secuestró a más de 200 personas como rehenes.
Lo cierto es que el gobierno de Israel como respuesta al ataque, invadió y bombardeó, por aire, tierra y mar a la Franja de Gaza con el fin, de acuerdo al Primer Ministro, de eliminar físicamente a este grupo armado que funge como gobierno, de la ciudad de Gaza la cual tiene 2 millones y medio de habitantes.
En esta incursión armada del ejército israelí, desde octubre del año pasado tiene como resultado más de 40,000 muertos, más de 100,000 heridos y una destrucción de un 80% de la infraestructura física y de servicios de la ciudad de Gaza. Ante un inminente conflicto regional en la zona del Medio Oriente, que pondría en peligro los intereses geopolíticos y geo económicos de Estados Unidos.
El gobierno de Estados Unidos, invitó al Primer Ministro de Israel a que expusiera sus planes de paz para un alto al fuego en Gaza y el regreso de los rehenes vivos a Israel. El Primer Ministro planteó todo lo contrarío a la paz y en un discurso de guerra y de odios, solicitando más armamentos letales y apoyo político y económico para acabar con el conflicto militarmente, con un desprecio total a los más de 40.000 muertos en Gaza y prácticamente instigando a un conflicto regional en el Medio Oriente.
Las bancadas políticas que lo aplaudieron, no pensaron en el costo político electoral que tendrá para la inminente elección presidencial de este venidero mes de noviembre. Habida cuenta que una gran parte de la población norteamericana se opone a la matanza indiscriminada en Gaza. Numerosos países, se han sumado en contra de este terrible costo en vidas de este conflicto, donde muchos de ellos han solicitado la apertura de una investigación penal internacional contra el Primer Ministro de Israel por crímenes de guerra.
El Primer Ministro se encuentra atrapado en realizar una política represiva de muerte y destrucción o su propia sobrevivencia política, debido a que la coalición de partidos que le sustentan su gobierno, son de tendencia ultra radical, política y religiosamente. En otras palabras, mantiene la política de represión o se acaba el gobierno del Primer Ministro.
Los efectos colaterales negativos están en una escalada del conflicto en toda la region, una “condena” internacional por crímenes de guerra y la inclinación electoral de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, hacia un avance hacia una nueva polarización política en ese país.