Análisis político electoral elaborado por Óscar Ceballos. Abogado UCV. Politólogo. MD. Especialización en Administración Pública. Athens Ohio. Ex Inspector de Tribunales.
Las recientes elecciones presidenciales de Venezuela han originado diversos pronunciamientos de todos los países latinoamericanos y del Caribe, sobre el resultado y circunstancias de las elecciones presidenciales y ante las manifestaciones de victoria alegada por ambos candidatos.
La comunidad regional e internacional parece estar preparando un pronunciamiento definitivo, con acciones que permitan garantizar el respeto a la voluntad popular, el ejercicio de los derechos civiles y políticos, y la democracia, de acuerdo a las leyes pre establecidas en cada país y los standards democráticos internacionales.
El actual Presidente y candidato, fue proclamado ganador por el órgano electoral, sin haber concluido el proceso de totalización definitiva de los resultados electorales, el Árbitro Electoral alegó que el retraso y otras fallas, obedecieron a un ataque cibernético.
Los representantes del candidato opositor, por su parte alegaron, que su candidato fue el ganador de la contienda electoral y presentaron fundamentos, de que su candidato había obtenido una votación electoral con ventaja de más de 30 puntos de ventaja en la participación electoral realizada. También se sustentan en algunos observadores internacionales que presenciaron el proceso electoral y que concluyen, que el proceso electoral no fue democrático, pero sin señalar quien fue el candidato ganador.
Las afirmaciones de ambas partes produjeron y continúan arrojando manifestaciones y forcejeos políticos internacionales.
A nivel regional e internacional, diferentes países se han pronunciado a favor y en contra de ambos candidatos. Algunos países han creado bloques de opiniones, que intentan influir en cómo debería solucionarse este grave impasse, sobre el resultado electoral presidencial venezolano.
El gobierno venezolano, por su parte, ha buscado validar los resultados electorales a través del máximo Tribunal de Justicia, sin embargo, la oposición y algunos países han cuestionado la imparcialidad e independencia del Poder Judicial.
Los representantes del candidato opositor, afirman que no aceptan que la decisión del Poder Judicial venezolano, suplante la voluntad popular, por considerarlo incompetente y parcial.
En este dinámico escenario se observa que un bloque de países, aliados o simpatizantes ideológicos del actual gobierno, intentan influir para lograr un “acuerdo” político electoral entre el gobierno, y el candidato opositor. De manera, que los representantes del candidato opositor, deben de dialogar e intentar lograr un acuerdo con el candidato oficial del gobierno.
Es una lucha o dialogo bifronte, que hace difícil y compleja alcanzar una solución sobre el resultado electoral, desde el punto de vista legal y desde el ángulo político. Desde el ángulo legal, habría una desigualdad procesal, para la oposición, ya que se enfrenta al candidato oficial quien a pesar de ser proclamado, solicitó un pronunciamiento judicial.
Existen improcedencias técnicas procesales, de carácter competencial y jurisdiccional, en la interposición del recurso contencioso, que el suscrito no detallará en este análisis, ya que el propósito es de carácter, pedagógico, didáctico y pragmático, para la solución de una grave crisis política electoral, afirmando en forma conclusiva, que la crisis y su solución, no es legal sino política.
Que este grave impasse electoral, pasa por un necesario acuerdo político nacional, regional e internacional, que en primer lugar, garanticen, el respeto a la voluntad popular expresada el 28 de Julio.
La estabilidad regional, el no aislamiento económico internacional, el respeto sacrosanto a los derechos humanos, y la prevención de una nueva ola migratoria venezolana, son hechos de suma importancia.
El acuerdo político debe ser ampliamente consensual, sin imposiciones y sin prevalencia de lealtades de ninguna fuerza pública hacia ningún candidato, ya que el solo hecho de un pronunciamiento lo llevará a ser parte del problema y no de su solución, en un asunto de naturaleza civil.
La intención de un grupo de países regionales, simpatizantes “ideológicos” del candidato oficial, es interesante, pero no suficiente, ya que debe contar con la aquiescencia política de la mayoría de los países regionales e internacionales, para así legitimar un acuerdo robusto y sólido de la comunidad internacional que servirá de fundamento y aval para garantizar los “detalles” del acuerdo. Naturalmente y obvio, es que los representantes del candidato opositor y el mismo candidato deberán participar y estar de acuerdo, con la propuesta de solución planteada, por este bloque de países regionales, como lo son Brasil, Méjico, Colombia y Chile y los que se adhieran a esta propuesta de solución. Indefectiblemente la comunidad internacional, deberá ser parte de este intento de solución, ya que los mismos tendrían un interés legítimo, por razones geopolíticas, migratorias, económicas a nivel global, como parte de la defensa y protección de los derechos humanos worldwide.
La historia política comparada nos muestran que países como España y Chile pasaron procesos y diálogos dolorosos, pero recuperaron la normalidad democrática.
El suscrito cree que los procesos de recuperación democrática, pasan por sacrificios, a través de un “diálogo sostenido”, que pareciera no ético y frustrante, pero necesario para avanzar. Un “diálogo sostenido” bajo esas condiciones, es una tarea desafiante, dolorosa, pero necesario.
El suscrito cree que es un precio que a veces se tiene que pagar, a los fines de evitar un baño de sangre, pero que a su vez recoge y sirve como una dolorosa lección, para la sociedad en el futuro.
La democracia con este diálogo, no desaparece, sino que se renueva, rectificando los errores o culpa “in eligendo” a sus candidatos por la sociedad.
Ratificando el lapidario proverbio del Libertador que dijo: “Que los pueblos tienen el gobierno que se merecen.” Manifestación explícita de la voluntad popular.
La representación política del candidato opositor pareciera dar señales de explorar ese diálogo, ante un eventual desgaste político emocional en el tiempo.
Análisis político electoral elaborado por Óscar Ceballos. Abogado UCV. Politólogo. MD. Especialización en Administración Pública. Athens Ohio. Ex Inspector de Tribunales.
Me parece correcto el planteamiento de un diálogo que una guerra Civil, donde debe establecerse claramente las condiciones para que se dé el diálogo y las consecuencias y acciones si no se cumplen los puntos acordados los países que sean garantes de este diálogo deberán ser garantes del cumplimiento del pacto acordado en el tiempo y en las acciones a tomar como por ejemplo El estatuto de Roma o cualquier otro mecanismo acordado.