
Los candidatos, las candidatas y las organizaciones políticas y sociales tienen la última palabra sobre su participación o no, en el proceso electoral pasivo, la decisión es de dos caras y sus argumentos no dejan de ser diferentes a los dados en las elecciones de 2005.Las motivaciones que fundamentan la no participación, tienen el mismo denominador común, que la oposición mayoritaria expuso hace dos décadas en las elecciones de 2005.
La historia se repite en el mismo lugar, con las mismas circunstancias, de modo, tiempo y lugar, pero con actores diferentes.
Existe una grave y grotesca desconfianza sobre la imparcialidad y sesgo del Árbitro electoral. Es un hecho público y notorio, de qué existe una desconfianza y frustración en todas las organizaciones políticas y sociales que participaron en las recientes elecciones del 2024 hacia el Árbitro electoral, pero esto no puede llegar a paralizar al aspirante político con un simple silencio como respuesta, los partidos políticos y los dirigentes políticos deben buscar un compromiso político, técnico, ético, legal y social, para buscar un cambio en la institución electoral.
Ahora, después de más de dos décadas, se repite, la misma conducta política electoral, de partidos y candidatos de no participar, basada por la desconfianza hacia el Árbitro electoral, ante las programadas elecciones de postulados a ser electos, para conformar los espacios del Poder Público, Nacional, Regional y Municipal de 2025. Estas elecciones son percibidas con diferentes lecturas, debido a los resultados políticos y sociales obtenidos en las pasadas elecciones de 2005 y julio 28 de 2024.La falta de participación política electoral de 2005, fue un hecho político electoral notorio que hizo fácilmente posible, la configuración mayoritaria de una aplanadora política oficial, en el Poder Legislativo Nacional, el Poder Regional y el Poder Municipal, debido a la no participación de la oposición política.
Se puede afirmarse, qué se permitió de hecho la“construcción” de un entramado legal, social y económico, sostenido precariamente por una “plataforma política híbrida, que el gobierno denomina, la “unión cívica, militar y policial” como pilares de su permanencia en el Poder, y como diques de contención contra la disidencia política y social, una suerte de “legitimación Ad Hoc”Esta “unión” ha permitido de hecho la hegemonía del llamado gobierno socialista, a través de la incesante aprobación de una inflación de “leyes socialistas”, donde se incorporaron figuras jurídicas políticas importadas e inconstitucionales, a los poderes nacionales, regionales y municipales, creando una infraestructura legal, social y material en el tejido social, político, económico y jurídico, no fácil de desmantelar, mucho menos si no hay participación política en los espacios políticos y sociales.
No hubo en aquel 2005, ninguna oposición política, legal y social que frenara y alertara lo que venía configuradose como una matriz social de opinión, legal, material, económica y jurídica, desde donde se ha buscado a toda costa, la aceptación social y política de ese entramado político con nuevas figuras, y desde allí hacer, que el tiempo “normalice” la crisis política, social, legal y económica qué transita el país a causa de esto, cuyos efectos colaterales son, la devaluación de la moneda, la crisis migratoria más grande de America Latina, la crisis de la salud y la violación sistemática de todos los derechos.
La materialización del sistema socialista no se ha consolidado en Venezuela y el país se debate, entre un híbrido ideológico llamado Socialismo del Siglo XXI, el Capitalismo Liberal y el Progresismo, al estilo China. Esta especie de híbrido ideológico que no nace ni se consolida definitivamente, como sistema político, social y económico, es la dicotomía que vive el país, porque cultural y socialmente no ha sido aceptado, y por consiguiente, no se ha podido eliminar definitivamente el sistema democrático representativo existente, por el llamado sistema socialista protagónico, que se intenta imponer de diversas formas, desde hace más de dos décadas con figuras políticas y sociales de hecho.
La situación política e ideológica venezolana es parecida a la paradoja del filósofo italiano Gramsci, quien dijo, “No ha nacido el que tiene que nacer, ni ha muerto el que tiene que morir”. Así está la dicotomía política venezolana desde hace casi tres décadas debatiéndose con los efectos colaterales señalados y otras consecuencias, entre ellas las sanciones económicas y el casi aislamiento político y diplomático internacional.
La sociedad y las instituciones permanecen, aunque debilitadas, porque el cambio o transmutación hacia el socialismo protagónico o artesanal es muy relativo e impracticable, solo lo creen y lo practican “artesanalmente” algunos interesados y simpatizantes, que el gobierno invoca en su nombre, cómo la herramienta del pueblo en “su lucha” , slogan que se repite una y otra vez, para mantener el poder y hacer verdad la teoría del Jefe de propaganda nazi, Joseph Goebbles, quien decía que: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.
La oposición mayoritaria ha sido sorprendida y emboscada por su falta de determinación y señalamientos de corrupción económica y política, que la hace padecer de un quiebre ontológico moral y espiritual, oposición política que solo cuenta con la Comunidad Internacional para recuperar el poder, con el apoyo de las grandes potencias, pero estás están ocupadas en otros intereses comerciales y políticos en sus principales zonas de influencias, donde Venezuela solo tiene un interés relativo de carácter económico y residual político. Así de simple.
La no participación electoral, de aquel 2005 no permitió voz ni voto alguno, en los espacios políticos, pues la oposición política no participó electoralmente y por consiguiente, no hubo puentes ni muros de contención, ni espacios ni banderas que izar para la oposición política y para la disidencia social, que pudiesen rechazar o retrasar el torrente de leyes, políticas, operaciones materiales y vías de hechos,que se aprobaban legislativa y ejecutivamente, con la incorporación de nuevas figuras políticas e infraestructuras materiales, para consolidar: la permanencia del definitivamente gobierno, con un sistema socialista, no consolidado ni social ni políticamente en el poder. La legalización y aceptación de todas las figuras políticas importadas, se ha logrado consolidar relativamente de hecho, a través de una sistemática política de leyes mordazas y presiones en todas los medios de difusión y judicializacion de partidos políticos.
El silencio político como posición política no existe, ni es ninguna herramienta política, el silencio y la abstención son eufemismos del mismo género negacionista. Lo que sí existe es el silencio cómplice, el silencio reticente, pero mentalmente, guardado donde no se dice nada de lo que moralmente y políticamente debe de decirse y hacerse.
Eso se denomina el silencio político reticente. Guardar silencio jurídicamente es un derecho, pero políticamente es una inacción, es una especie de falso positivo que se quiere exhibir como posición política, pero no lo es. Cuando se propone, un silencio como posición política, que es una posición política lesiva, que no genera ni presenta alternativas, cuando el futuro del país está en riesgo la libertad, la pluralidad y la democracia. Simplemente se está difundiendo un falso positivo político electoral. El sintagma filosófico que dice: “Más prefiero una libertad peligrosa que una esclavitud tranquila” es la mejor referente de lo negativo, que es el silencio político, que algunos políticos difunden en forma inconsciente, sin análisis y sin convicción.
La no participación y el silencio electoral, lleva necesariamente a preguntarse, entonces cómo hacer política y activismo político, para mantener activa las expectativas de luchas políticas y sociales, las esperanzas sociales y políticas, para retomar el poder político. Cómo crear una matriz de opinión social y política, desde los espacios públicos nacionales, regionales y municipales, para recuperar el poder perdido, si no hay presencia política en los espacios del poder político, en toda la geografía política venezolana, es la pregunta reiterada que hace el suscrito y decenas de analistas políticos y sociales. El suscrito plantea este análisis en forma pedagógica y reflexiva, basado en los resultados electorales y hechos políticos posteriores al 2005 y 2024, no más de allí, porque al final la moneda de la decisión no quedará ningún rostro o cara de la moneda, sino en un limbo vertical de la moneda lanzada, porque la moneda caerá en forma vertical y cada cual tomará su decisión de acuerdo a su conciencia personal.
El silencio político no es una posición política, sino una actitud falaz y lacaya del cual se sirve el poder reinante para permanecer en el poder, como lo hacen todos los gobiernos.
Por lo tanto, no hay ni habrá voz que se oponga y pueda sembrar expectativas y esperanzas políticas y sociales, abanderándose con un silencio como “posición política. ”Que otros espacios podría activar la oposición política mayoritaria o minoritaria en Venezuela, sin participar políticamente ?
No habrá política alguna ni activismo político, si no son ocupados absoluta o relativamente, los espacios políticos, aún perdiendo o siendo objeto de fraudes electorales, que es el fundamento principal y único de las candidaturas opositoras y no opositoras para no participar. El Quid Question, es participar y participar sin tregua ni descanso.
Desde 1999 hasta el 2012, Chávez gobernó sin que la Asamblea Nacional aprobará una sola ley de importancia nacional, y la AN sólo se limitó a darle una ley habilitante para que el Presidente gobernara mediante Decretos leyes, alegando el entonces Presidente, que la profundización rápida de la revolución, no podía esperar los protocolos o trámites formales de leyes de la Asamblea Nacional.A dos décadas, hoy se repite la misma historia, que podría ser el último clavó al ataúd de la democracia representativa, consolidando el llamado sistema socialista de “protagonismo socialista artesanal”, sin ninguna disidencia política y social, ese es el pronóstico para el país, si se planta y se recomienda la llamada posición del “silencio político”.
El suscrito, al igual que muchos analistas están convencidos que nunca ha habido en el gobierno una pléyades o un equipo de hombres intelectuales ni filósofos, capaces de sustentar y describir ideológicamente la utopía del socialismo. Es más, hoy día ni siquiera existe como fundamento o referente a nivel mundial, las llamadas confrontaciones ideológicas, culturales y de clases del socialismo, hoy día solo existen zonas de influencias geo económicas de las potencias mundiales y de las potencias emergentes y de los gobiernos llamados progresistas o socialistas, que no son más que un cenáculo de corrupción y ambiciones personales en su gran mayoría, sostenidos por la llamada “unión cívico militar y policial” propias de gobiernos autoritarios, cuya actuación y operaciones son agendas “confeccionadas” por intereses más económicos que políticos y culturales, así de simple. Agenda, donde los fracasos políticos y económicos por corrupción e incapacidad, son borrados e ignorados por una “agenda edulcorada ” que lee a los fracasos y los interpreta al revés, a través de una incesante propaganda y publicidad gobbeliana edulcorada, para consolidar fracasos, reveses y corrupciones como “victorias” y logros sociales, pero del pueblo.
La crisis de la salud, la degradación y corrupción del sistema Judicial, la crisis de la Educación, la paralización total de la construcción de la Vivienda, la devaluación de la moneda y el uso del dólar como moneda fuerte, el fracaso estrepitoso del Reclamo del Esequibo, la más grande inmigración de venezolanos por el mundo y muchos otros fracasos, han sido edulcorados con coreografías y propagandas musicales como “victorias del pueblo” a través de una agenda de distribución y organización de la miseria y la lectura de los fracasos al revés.
Así se lee al revés: Para la crisis de la salud se han implementando “las Jornadas y Operativos de la Salud,” para la crisis de impunidad y corrupción del Poder Judicial, se ha implementado a los Jueces de Paz de las Comunas, los Voceros y Consejos Comunales, para la crisis eléctrica, la administración de cargas y de cortes por horarios, para la crisis de la Educación, la sustitución de Maestros por bachilleres, para la expulsión de nuestros connacionales inmigrantes, el recibimiento, de “Vuelta a la Patria”, para el fracaso en el Reclamo del Esequibo, los referendos sobre el Esequibo y la elección del nuevo“Gobernador del Estado Esequibo”, para los disidentes políticos y sociales la criminalización de la política.
El gobierno ha sido muy eficiente leyendo y difundiendo los fracasos políticos, económicos y sociales como victorias y “triunfo del pueblo” escenificando actos políticos, en todos los espacios políticos y sociales, dejando una “sensación de progreso y felicidad” al pueblo, a través de cadenas televisivas, radiales y redes sociales.
Ningún partido político ningún candidato o candidata de oposición hasta ahora, ha exhibido planes políticos concretos, de cómo y en que espacio trabajarán, para recuperar el poder político perdido.
El suscrito percibe las excusas personales y la posición del silencio, como una “moda política,” fácil y rápida, con galimatías y soliloquios, sin planes y sin fundamentos concretos, plausibles y serios.
Ni siquiera existe un intento de forjar un Pacto Ético para salvar la República como lo propone el Politólogo Emilio Useche al cual me suscribo teóricamente.El suscrito percibe que solo hay una posición negacionista de silencio a ultranza, de forma pura y simple, de no participar, una moda cuyo sustrato es la falta de determinación, la corrupción y la mediocridad en el ejercicio de la política en casi la mayoría de los casos, donde existe una incredibilidad subjetiva persistente, que no es congruente con la llamada realpolitik. Algunos analistas políticos y Politólogos como el suscrito, percibimos este negacionismo y silencio, como una moda, y un subproducto de líneas de partidos solitarias, no unánimes, que un serio y profundo análisis político y social, sobre la no participación.
Percibo como una grave ausencia, al no asumirse los desafíos y retos que dimana ser político, que pueda crear expectativas y esperanzas políticas y sociales. Al final, sería esa la pregunta reflexiva, por hacerse en forma pedagógica y políticamente en forma seria y consciente. Ningún partido político ni ninguna candidatura política, ha estado realizando esfuerzos para presionar en forma nacional e internacional, un acuerdo o presión política que renueve o cambie el Árbitro electoral, que viene siendo uno de los mayores cuestionamientos electorales para no participar. Tampoco hay el intento de un consenso ético, ante la dicotomía de participar o no participar, de parcialidad e imparcialidad sobre este ente electoral. Se observa solo líneas tenues, relativas y aisladas de los partidos, sin ningún consenso, fundamentadas en posiciones puramente personales, ante el quiebre ontológico de una realidad política, social y económica, que ha socavado la herramienta ética y moral de candidatos y partidos respectivamente.
El suscrito percibe que solo hay una posición personal de no participar, basada en los resultados del 28 de julio, nada más. No se han analizado ni las causas ni las consecuencias de una conducta o “posición de silencio” del 2005 y el abstencionismo o no participación absoluta o relativa, regional o nacional y municipal. La posición de no participar está basada más en la impotencia y la frustración política y social, que en un análisis político profundo que genere alternativas de acción.
El silencio político no es ni será una acción, ni una posición política. El silencio es la ausencia de toda acción y como afirmo, es un medio o herramienta lacayo, que el gobierno reinante utiliza a su favor.La esencia y vida de la política es la acción, la esencia y existencia de la política, es el activismo político y su sacrificio. El silencio es un constructo inútil que mantiene al proponente en una prisión moral y a quienes la predican, en seguidores automáticos, configurándose un quiebre ontológico y también antropológico.
Nadie funda un partido político, para mantenerse en silencio y no participar, nadie enciende una luz, para esconderla, nadie construye un Templo para ocultarlo. La participación y el activismo es la dinámica filosófica que entraña a toda organización política y a todo aspirante político no hay otra.
El silencio en política es equivalente a un cadaver sin sepultar.La esencia y existencia de un partido político y de un político es participar en los espacios de poder político y sociales, luchar sin descanso y sin pausa ante todos los riesgos, de fraudes, traiciones y represiones. De eso se trata, de ser político, de luchar y de reinventarse, ante las adversidades. Hay que estar inmerso en el océano de la política y correr el riesgo de naufragar y no en la superficie flotando o navegando sin rumbo y sin planes. “El marinero que no tiene planes ni rumbo, el tiempo que mira, siempre será malo para él”.
No hay activismo sin sacrificios. Sin la participación y lucha política de los partidos políticos y sus candidatos no hay futuro ni esperanza.El silencio o la difusión de no participar y quedarse en silencio es una mala opción política, inútil y lapidaria, es un error de cálculo político para el futuro político de cualquier organización política y de cualquier aspirante a ser político. Quien no lucha no tendrá ni curriculum ni experiencia política y social, y habrá fracasado en el intento “in pectore”
No hay un solo ejemplo en el mundo político que demuestre, que la no participación y el silencio, han sido una opción política exitosa. Es más, todos los referentes históricos de no participación política y silencio, aún en los gobiernos más intolerantes y represivos, el guardar silencio y no participar es equivalente a un suicidio político voluntario. La oposición mayoritaria y minoritaria venezolana, sólo está contando con la presión internacional la cual es compleja y difícil de articular y cohesionar, por la geopolítica de los países y sus intereses. Venezuela se decide aquí !!
Allí está el ejemplo de Ucrania contando con Estados Unidos para sobrevivir como Estado, pero su precio será muy alto y doloroso.La sociedad mide, valora y calibra a sus lideres políticos, por su perseverancia, determinación y sacrificios, no por su falta de participación y silencio y otros misecelanias personales.La iniciativa de Reforma de la Constitución propuesta persigue el mismo guion del 2007, que fue llamado políticamente, “la nueva geometría del poder” figura que fue considerada cómo un sustrato filosófico de la profundización de la “democracia protagónica”, con la incorporación de figuras políticas importadas en la que se destaca “El Poder del Estado Comunal” que no es más que un Caballo de Troya, para desmantelar las instituciones políticas y jurídicas tradicionales de la democracia representativa.
La Constitución o Reforma Constitucional propuesta, ya fue rechazada por el pueblo venezolano el año 2007. De eso se trata la Reforma de la Constitución de la incorporación y “participación protagónica” de Voceros, Jefes de Calles Ciegas, Las Comunas, El Estado Comunal, La Salud por Operativos y Jornadas de Atención, La Universidad de las Comunas, La Justicia Comunal, Barrio Adentro, etcétera, figuras que ya fueron rechazadas, por inoperantes y artesanales.Ningún país se desarrollará económica y socialmente con políticas artesanales, sino con grandes desafíos económicos, tecnológicos y científicos responsables social y ecológicamente.La negativa a la participación y silencio, es una negación simple y superficial, sin ningún fundamento ideológico y sin ninguna alternativa política de futuro, para el ejercicio de la política.
Quienes asumen como política la no participación y el silencio, fundamentan su decisión en reflexiones y supuestos profundos análisis políticos y pensamientos alegando, qué van a luchar en “otros espacios”.También, alegan que no es el momento adecuado, la pregunta es, cuando será el momento ?
El suscrito observa que la negativa de los partidarios a no participar y permanecer en silencio, no describen cuáles son esos espacios, donde y cómo lucharán por recuperar la democracia.El suscrito cree que la participación política es un imperativo categórico, activo y participativo.
La no participación y el silencio es sólo una bandera blanca de rendición que se iza antes de luchar, de forma inútil e impráctica.El partido político o el candidato que crea que sobrevivirá en un espacio político sin participación y con el silencio, sin lucha y sin sacrificios está inmerso en una incredibilidad subjetiva, porque asumir una representación social, es algo más, que está por encima de la individualidad y la vida ordinaria de cada político. La participación metafóricamente, es como el parto de la mujer, donde sufre para ver la luz de la vida, que es el futuro de su familia, porque no hay parto sin dolor y sin sacrificio.
He hecho esta reflexión y análisis político en nombre de los millones de venezolanos migrantes por el mundo, pero en especial, para todos los dirigentes políticos, sociales y sindicales detenidos y procesados irregularmente en todas las cárceles, como en Venezuela en el Helicoide, en las cárceles del CECOT de El Salvador, la cárcel de GUANTÁNAMO en Estados Unidos, la Cárcel Polar de El LOBO, donde murió Navalny, la cárcel de UIGHUR en China. Juan Pablo II dijo: “No tengáis miedo a participar” sintagma de palabras dirigidas a la juventud. Hipótesis política elaborada por Óscar Ceballos. Abogado UCV Politólogo MD Ohio University, Athens Ohio Ex Inspector de Tribunales